Las verdades del 1 de mayo de 2011

En primer lugar queremos pedir disculpas a los correturnos que tuvieron que cubrir el servicio en festivo debido a los permisos sindicales que solicitaron algunos de los representantes de UGT para poder estar en la manifestación de Valencia. Y también pedir disculpas a las personas que habiendo solicitado este día de asuntos propios no se les concedió.

Como segundo punto, queremos dar las gracias a las personas que asistieron a la manifestación. Con ello, se demuestra que en esta empresa sí que hay gente solidaria y que tiene un alto sentido de la responsabilidad. Porque ahora, lo que toca es hacer un frente común de acción que frene los abusos que se están cometiendo en VAERSA.

Y una vez más, UGT sigue denunciando públicamente que lo prioritario en VAERSA no es dar un mejor servicio y de más calidad, sino enjuagar el gran déficit valenciano en materia medioambiental y sortear los controles del gasto público.

Y de esta política, el principal responsable es este "banquero bien peinao" que tenemos de director general. Un señor cuyo único propósito para afrontar los recortes presupuestarios consiste en vulnerar los derechos laborales de los trabajadores.

Un señor que con el apoyo de Juan Cotino, conseller, gestiona desde la prepotencia y la falta de humildad.

Así pues, os hacemos esta reflexión: ¿es que la solución definitiva para evitar tantas agresiones a los trabajadores de VAERSA sólo es posible con un cambio de gobierno después del 22 de mayo? Porque a diferencia de las personas que fueron, están siendo y serán despedidas, Felipe Espinosa sí que se merece volver al paro, que es de donde lo recogieron Esteban González Pons, secretario de comunicación del PP y Francisco Camps, presidente imputado de la Generalitat Valenciana —los tres "compañeros de pupitre"—, después de las irregularidades que se cometieron en el caso IVEX.

Nosotros, al contrario del mensaje que está trasladando la empresa, no creemos que el desastre que nos viene encima es inevitable y que por eso no es necesario actuar.

La UGT nunca se va a resignar.

Ahora bien, lo que sí que creemos y que continuamente esta demostrando la realidad, es que en VAERSA hay demasiado sinvergüenza y gente sin escrúpulos.